Monday, June 26, 2006

Thursday, December 22, 2005

Inconcluso

Detras de esa ventana vieja y llena de gotas de agua
se podía ver su mirada ausente y nostálgica,
talvez pensaba en ese viejo juego de contar las luces en invierno,
o simplemente veía caer la lluvia, nunca lo sabré.

La noche empezaba a caer y la lluvia nublaba mis ojos,
si embargo había algo en esa mujer que atrapó mi atención,
me detuve y trate de observarla, pero su mirada estaba perdida.
La gente corría a mi alrededor como si estuvieran huyendo de alguien
y buscando un lugar donde esconderse, pero yo permanecía inerte
con el rostro y la ropa mojada.

Al otro lado de la calle un hombre sentado en la banqueta
mira al cielo y llora, su llanto se funde con la lluvia
y su dolor parece que nunca se ira.


Tuesday, November 22, 2005

Monday, November 21, 2005

Anna

Dudé antes de empezar un recorrido nocturno por la calle. Me dejè la falda pero en casa dejè la bolsa y con ella todo lo que cargo en la cartera, identificaciones y tarjetas. Solo me llevè la agenda para leer por si volvìa en autobùs. Antes de salir me entretuve creo que infinidad caminando en la recàmara con la agenda hasta que moby empezò a preguntar porquè su corazòn se sentìa tan mal justo en el momento en que leì precisamente esa misma oraciòn en una hoja suelta. Salì a la sala y de cara a la pared esperè a que acabara la canciòn. Hay muchos motivos, respondì despues de verme en el espejo. sali a la calle, no recuerdo la escalera ni la puerta de abajo pero sì la calle, completamente vacìa, como siempre despuès de las nueve o diez en esta colonia. Carraci, direcciòn al este, insurgentes hacia el norte, el parque hundido, esta noche sin las mujeres que trabajan ahì. Esta vez no habìa nadie en la calle ni en las paradas ni en las esquinas ni en los cruceros. camine mas aprisa y entonces pensè en que es 23 de diciembre, y que al parecer sòlo yo caminaba sola en la calle tan tarde. comprendi entonces exactamente la esencia de esta ciudad para mi, desplegada entonces como realidad de lo que han sido mis pesadillas màs frecuentes desde niña, calles vacìas, obscuras e infinitas. seguì caminando y supe que debìa hacerlo, acababa de llegar y querìa ver la ciudad, tenìa que verla para asimilar lo que habìa visto afuera. comprendì entonces la diferencia entre caminar segura y caminar con miedo, y la vi en la desolaciòn de la calle.Sòlo entonces vi tambièn cuànto habìa cuidado de mì, y cuàn responsable habìa sido. No perdì mi estùpido pasaporte, no perdì ninguna tarjeta y volvì, si mi madre no lo entiende, es su problema, pero no puedo hacer nada màs que querer hablar con ella aunque se dè cuenta del estado en que estoy, aunque diga que soy igual que mi papà, aunque sea cierto y sea sòlo un fracaso escandaloso, tal vez es cierto. mi madre es muy lùcida y acertada.tal vez es cierto, pero tal vez no, y tal vez en mì halla algo que valga la pena escuchar, comprender. seguì caminando y al llegar a un lugar màs iluminado mis pensamientos fueros menos melancòlicos. entonces me di cuenta que hablaba y reìa sola y que todos mis miedos eran innecesarios porque habìa muestras suficientes de que me podìa cuidar. estaba de vuelta en mi paìs, y bien. lista para ver por los mìos, para hacer lo que fuera necesario, como siempre, aunque siempre me doliera tanto todo. me gustè entonces, y una certeza de la ligereza de la vida me invadiò en la seguridad de un super donde no encontrè lo que buscaba y si una sonrisa por saberme honesta. me gustè y volvì a reìr mientras buscaba el queso que no encontrè y pensaba que era 23 de diciembre y oìa canciones de Navidad de las que no me acordaba en por lo menos diez años pero que habìa oìdo alguna vez, cuando era inocente y me gustaban, cuando no sabìa nada, como ahora, pero imaginaba cosas màs sencillas e irrealizables, como el amor sin condiciones, la comprensiòn sin lìmites, una vida recta, sin causar daño, menos a quien sè que se lo causo aunque lo quiera evitar, a quien finalmente lastimo cuando le cuento que mi vida es asì, asì, incompleta siempre, por mì o por las circunstancias, pero siempre desolada, culpable, perseguida. madre, hermana, yaz, maye, dònde estàn, dònde nos podemos encontrar? Tengo un par de amigos, pero no sè si tambièn con ellos podrìa estar como ahora, llorando, llorando, llorando. Mañana es 24, y hoy he pensado en la inspiraciòn, el ejemplo de otros como yo llorando haciendo algo por justificar esta insoportable sinrazòn de vivir. la inspiraciòn, el dolor, yo en medio y luego desolaciòn, dolor, dolor.

Thursday, November 17, 2005

Wednesday, November 16, 2005

Thursday, November 10, 2005

Septiembre

Es septiembre. Sobre todo septiembre. Es septiembre otra vez. Las cosas siempre se ponen mejor en septiembre. El cielo es màs gris, el viento màs frìo y los dìas menos livianos. Pienso en mi madre, en su parto, en su parto de mì. Pienso en mì, trato de entender mi vida, morirìa por verme desde afuera, desde cualquier perspectiva, la que fuera, aunque sòlo fuera una, aunque me diera miedo o me confundiera.

Sigo en septiembre. El color, las diferencias. La conciencia.
Estoy frente al espejo preguntàndome por la parte màs genuina de mi cara. Miro mi frente, mi forma rara, consciente, demasiado consciente de todo lo demàs. Miro las cejas, el tamaño de los ojos y los incipientes cambios de los años. Sobre todo los años. Septiembre y los años, septiembre y la cara, la cara y el color, la cara y los años.
Pasan los años y lo recuerdo cada vez en septiembre. Los cambios, la transiciòn. La vida delante de mì para ser escrudiñada. El mal y el bien, lo feo, lo bello, lo mìo, lo no mìo, lo malo. Las preguntas de siempre màs intensas en septiembre. Intensas. Preguntas intensas. Preguntas y respuestas. Humedad desde afuera, el cielo de septiembre, la ventana abierta. La confianza, los sueños, los años. Los dìas que vienen, lo que ha pasado. Vivir. Ser y pensar, saber. Vivir y pensar como pienso en septiembre. Los sueños, la vida. Humedad entrando desde afuera, humedad densa de septiembre, sòlo de septiembre. El halo denso e infinito de la realidad. Los cambios. Crecer y pensar en el tiempo, en lo que vendrà despuès. El tiempo, el tiempo. La energìa incomprendida en mì y el tiempo.
Los recuerdos. El pasado tambièn. Lo que ha pasado, pasado delante de mì, el vèrtigo en la espiral de lo que me ha rodeado. Lo que no quiero, lo que no me gusta, lo que me da miedo y lo que no me asusta. Yo y mi vida, yo con mi vida y nadie màs. ¿Nadie màs? Nadie màs.

La "ese" tiene un aire viejo. Es la ese siempre. De soledad. Mi madre dormida (¿dormida?) a mis espaldas, muriendo (¿muriendo?) y yo en medio de mis propios avisos de muerte. Sabe ella? Què sabe? Sabe lo que hago? Oye lo que escribo? Duerme? Voy y le pregunto?
Ellos han vuelto, y yo he vuelto a llorar y temer este septiembre. Donde estàn las ideas? Què sucede que no aparecen? Todo es tonto a la hora escribir. Nada tiene que ver con septiembre, porque nada tiene que ver con nada màs que con la terrible desesperaciòn de ver còmo todo se pierde. Todo se pierde. La seguridad (caerè: seguridad de què?) de saber. Saber què? Tener ideas, pensar y resolver: entender, comprender. Comprender todo, algo. Ha sucedido, en varias ocasiones. Pero tambièn puede ser que en realidad nunca lo haya vivido. Pero ha estado ahì, justo en mi mente, la lucidez. Sucede.
Y el alma? Y el cuidado por el alma? Ha sido demasiada la vida. Y el alma? Ha sido demasiada tambièn el alma. Demasiada alma? (Qué significa esto?) El espìritu. La esencia del ser. La sustancia inmortal. Minada por el miedo, la culpa, la ignorancia. Y el alma? Tal vez es nada. Y el cuidado por los demàs? El dolor? Dònde està el dolor ahora? En recuerdos forzados, en temores estùpidos, vanos, reales, profundos, justificados. Los miedos de siempre, y algunos màs. Miedo a perder el alma. Sobre todo miedo a perder el alma. Què màs se puede perder que valga. Y el cuidado por el alma? Minado por la ignorancia. Causada por el temor de perder el alma. El alma. Perder el alma. Dònde irìa? Vivirìa? Ella, o yo. Mi alma y mi ignorancia, perdièndome consciente de la estupidez de todo eso, que tal vez es nada. Dolor. Què pensaba cuando pedìa ver mi alma derramada. La pregunta es ¿què temìa? La vida, la muerte, la mìa, la de los mìos y de los que soy suya. ¿Importa el alma?

El viento es màs fresco, por eso me gusta septiembre. Recuerdo tardes sombrìas de fantasìas hilarantes, delirando yo, de fe, de placer. Placer. Placer en tardes lluviosas de septiembre conmigo en casa, frente al fuego, temblando, pensando y sudando las primeras gotas de mi imaginaciòn, imaginando una enorme piedra, contra mi vientre, rozando y delineando màs allà de lo alcanzado, conocido, tocado, detenido a pensar y luego a definir y seguir, querer seguir y no parar, seguir, seguir seguir hasta llegar sin saber a dònde pero finalmente llegar y derramar la ansiedad de no saber què anhelar, pero anhelar. To ha sido mojado, consumado, consciente y hastiado otra vez. Pienso en septiembre, pienso por què no me gusta el verano y que ha terminado, como quisiera que terminaran muchas cosas de una vez, junto con èl, con el verano y su àspero tiempo de no saber què hacer. El verano, mi maldito verano caliente sin sol.
Verano. Adiòs.